Una empresa petrolera rusa está solicitando a la compañía estatal de Venezuela, PDVSA, permiso para tomar el control de las exportaciones de sus empresas conjuntas con el fin de reactivar el flujo de efectivo de las cinco empresas, las cuales se han visto gravemente afectadas por las sanciones de Estados Unidos, dijeron dos personas involucradas en las negociaciones.

Roszarubezhneft, una empresa estatal que adquirió los activos de la principal empresa petrolera rusa, Rosneft (ROSN.MM), en Venezuela en 2020, quiere comercializar el crudo y el fuel oil producido por las empresas conjuntas, similar a un acuerdo que PDVSA alcanzó el año pasado con el productor de petróleo estadounidense Chevron (CVX.N).
Las cinco empresas conjuntas de Roszarubezhneft ahora deben depender de intermediarios designados por PDVSA que se llevan una gran parte de los ingresos por sus servicios, dijeron las personas. Se estima que las empresas conjuntas tienen una deuda de aproximadamente $3.2 mil millones por ventas gestionadas por PDVSA, según una de las personas.

PDVSA, por su parte, le debe a Roszarubezhneft alrededor de $1.4 mil millones de préstamos previamente otorgados, dijo la persona, agregando que PDVSA está disputando esa cantidad. "Roszarubezhneft está dispuesta a actuar como compradora", dijo una de las personas familiarizada con el asunto a Reuters, utilizando un término de la industria que significa la capacidad de vender cargamentos directamente a los clientes.

Roszarubezhneft, el Ministerio de Petróleo de Rusia, PDVSA y los Ministerios de Petróleo y Asuntos Exteriores de Venezuela no respondieron a las solicitudes de comentarios. Rosneft se negó a hacer comentarios. La propuesta podría enfrentar obstáculos significativos, ya que requeriría un cambio en la legislación venezolana que rige sus exportaciones de petróleo, y esto ocurre en un momento en que PDVSA está tratando de reconstruir sus propias finanzas después de que una auditoría revelara miles de millones de dólares en ventas impagas por exportaciones pasadas.

Según las leyes de Venezuela, la empresa estatal de petróleo tiene el control sobre la venta de petróleo y las exportaciones de combustibles. Sin embargo, PDVSA acordó el año pasado un acuerdo con Chevron que permitió a la importante compañía petrolera estadounidense comercializar crudo de sus empresas conjuntas como pago de deudas y dividendos pendientes.

Washington otorgó a Chevron una exención a las sanciones de Estados Unidos sobre las ventas de petróleo venezolano para que pudiera recuperar el dinero que se le debía, pero se prohibieron los pagos en efectivo a PDVSA.
La aprobación de la solicitud de Roszarubezhneft podría proporcionar a Rusia una fuente adicional de efectivo en un momento en que las sanciones occidentales por la guerra en Ucrania han golpeado sus ingresos petroleros y han profundizado el déficit presupuestario. También podría ayudar a PDVSA a avanzar en su objetivo de aumentar la producción de petróleo de Venezuela en un 40% este año.

Los portavoces del Tesoro y del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos declinaron hacer comentarios. El Departamento de Estado no respondió a una solicitud de comentarios. Una persona familiarizada con las conversaciones dijo que una solicitud similar de Roszarubezhneft a PDVSA el año pasado fue ignorada.

Es poco probable que la solicitud actual sea aprobada si los ingresos por exportaciones se destinan únicamente al pago de deudas, ya que PDVSA y el Ministerio de Petróleo están enfocados en generar flujos de efectivo, dijeron dos fuentes familiarizadas con las operaciones de PDVSA.

Cualquier cambio en la ley de hidrocarburos requeriría la aprobación del Partido Socialista Unido del presidente Nicolás Maduro, que domina la Asamblea Nacional de Venezuela. Durante años, Rusia ha sido un aliado cercano de Venezuela. Sus empresas petroleras invirtieron miles de millones de dólares en los campos petroleros del país sudamericano antes de que las deudas crecientes, los problemas logísticos y las sanciones estadounidenses afectaran sus operaciones.

Roszarubezhneft adquirió las participaciones en las empresas conjuntas de Rosneft en 2020, después de que Washington sancionara a dos filiales comerciales de Rosneft, alegando que estaban involucradas en la venta de crudo venezolano. Rosneft negó esto y calificó las sanciones como un "ultraje".

La producción de petróleo en las cinco empresas conjuntas ha disminuido debido a las sanciones estadounidenses, que han obstaculizado la inversión y el mantenimiento, y han disuadido a muchos compradores de crudo venezolano. Según cálculos independientes de consultores que prefirieron no ser identificados debido a la sensibilidad de la información, este año produjeron entre 103,000 y 120,000 barriles de crudo por día (bpd) en conjunto.

Mientras tanto, el flujo de efectivo ha disminuido desde 2020, cuando PDVSA cambió, debido a las sanciones estadounidenses, a contratar intermediarios para comercializar las exportaciones, lo que dejó a las empresas conjuntas con escasas ganancias debido a grandes descuentos en los precios, tarifas de flete costosas y reembolsos obligatorios de préstamos.

La falta de flujo de efectivo por las ventas de petróleo ha obstaculizado las actividades de las empresas conjuntas, dejándolas luchando por pagar gastos de servicios de perforación, adquisiciones y costos laborales, según las personas mencionadas.